A lo mejor, todas mis letras eran para ti, aún sin haberte conocido.
Me dediqué a escribirte, hasta el más mínimo detalle.
Pero no, no sabía.
Me enamoré sin pensarlo, y en intervalos de inspiración poco convencionales.
Y te perdí al mismo tiempo que mi pluma se quedaba sin tinta, y me forzaba a escribir el punto final de aquel poema.
Tu poema.
Del poema de un "siempre" intermitente y una sonrisa que en el fondo se apagaba.
Y veo cómo comenzamos, y veo tantas palabras que siempre fueron palabras.
Porque a la larga no pueden ser algo más.
Que difícil es entender eso.
Y veo, hasta donde puedo... Una llama de pasión, expuesta al mediodía.
Y las mismas canciones en reproducción, y la sombra de un beso fugaz.
Y taches, muchos taches.
Veo, un final feliz en retrospectiva y un primer abrazo de despedida.
Y un lienzo sin trazos.
Y una canción triste.
Lo peor es que ya no hay orden. Sigo como antes.
Con mis manos sin las tuyas.
Y muchos escritos en mi celular.
Y una carta sin dedicatoria.
Y algunas preguntas sin contestar.
Y con un parque, y una banca.
Y con tus arranques de autonomía.
¿Por qué tanto altruismo?
Eso no ayuda en nada, porque aquí ando con mi dignidad intravenosa.
Sigo aquí con mi desastre.
Con mis nulas ganas de seguir.
Con mis caos con k.
Con el pensamiento inerte de seguir pensando en ti.
Con déficit de atención a lo que sobra.
Y con el sentimiento de que me sobra todo.
Y aun así sigo, porque me atrapó esta historia.
Porque seguiré escribiendo.
Porque seguiré escribiéndonos.
Aunque ya no pueda cambiar algunas cosas...
El muñeco está en oferta, por eso todos lo compran sin pensarlo.
Por eso todos lo rompen sin pensarlo. Por eso me han roto tanto...
Y sigo observando, y ahora recordando.
Y nos veo de nuevo.
Y solo veo pedacitos de nuestra historia.
O simplemente nuestra historia solo fueron pedacitos.
Mariluna Medina (@marilunamedina)
Mail: marilunamedina12@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario