Y yo que pensé que te quería tanto pero tenía que venir la noche y decirme que no. Y poner en duda todo lo que yo creía.
Todo parece tan esporádico, incluso cuando tu y yo parecíamos diferentes.
Estar contigo es el intento de estar bien, pero nunca estarlo.
Parece mentira todo lo que he sentido por ti, es tanto que parecía de otra vida. Pero eso es poco probable, cómo tú.
He seguido mapas, y he resuelto acertijos, pero aun no te he podido encontrar.
Parece que tienes tanto miedo.
Y huyes.
Tal vez yo debería huir, y correr hasta no sentir mis piernas. Hasta que el calor te desaparezca, o me desaparezca a mi.
Nuestra historia siempre ha sido una canción, y un poema de un famoso escritor. Una frase mejor dicho. Y no quiero llegar a tu regazo con la guardia alta. Ni quiero construir un muro al final de mi puente hacia tus labios. No sé qué hacer contigo.
Sé que si te alcanzo no te dejaría ir. Pero para alcanzarte falta un tramo, que hoy estoy poniendo en duda mi capacidad para arribar.
Mis manos están atadas en dinamita. O así lo siento al menos.
No es lo más sensato lo que gana la partida después de todo.
Pesar me da este sentimiento, no porque sea cobardía, sino porque no sé que es. Estando a unos pasos se quiere dar la vuelta e irse.
Ojalá pudiera preguntarte qué quieres tú que haga contigo si no supiera la respuesta que seguro vas a dar.
Tal vez ahora que me vaya, no me vaya para siempre. Solo hasta que descubra si puedo vivir con esto o sin.
A veces pienso que tengo el cielo de costado. Que tengo tanto tiempo sosteniendo las puertas de mi vida para que pases tú primero, ya mis brazos se cansaron... pero no sé, tal vez este no es tu vuelo. Pero si el mío. Y eso duele más.
Te he escrito tanto que las letras ya empiezan a no tener sentido.
Ojalá que cuando regrese de mi viaje hacia las dudas, te aclares la garganta y me encuentres de verdad.
Porque cómo sabrás, la honestidad siempre me fuerza, y escribo y digo y muevo mis dedos sin pensar. Y me equivoco. Pero creo que esta vez no lo es la ocasión. Tal vez cambié de opinión, o tal vez esta sea la única manera que supe encontrar para que la dinamita no causara daños mayores.
Mis varias metáforas se están haciendo cada vez más reales, sobretodo cuando pongo en mis labios un "ven" con sabor a "quiero cruzar ese tramo", pero nado en arenas movedizas. Y al final del día, sigo en el mismo lugar. Sin saber si mañana será mejor y el sol saldrá.
Y lo más irónico, es que a pesar de todo, viene a mi mente la preguntita gastada que todavía me tiene mal porque todavía no tiene respuesta. Porque todavía, después de tanto día y día, no sé que hacer contigo.
By: Mariluna Medina
No hay comentarios.:
Publicar un comentario