jueves, 9 de febrero de 2017

Mis manos saben más de lo que dicen

Mis manos saben más de lo que dicen. 
Porque saben de ti. 
Pero ya no quieren saber...

Y de pronto cae lo invisible. 
Lo que sólo ellas saben, lo que sólo ellas limpian. 
Dime, ¿cómo le borro la memoria a las yemas de mis manos?
¿Cómo hago para que se les olvide los rincones de tu piel?
Mientras mis dedos van salteando sobre el teclado, lo invisible no ha parado de caer. 
Y tiemblan. 
Tienen miedo. 
Les da pavor convertirse en ayer. 
Aunque ya lo sean para quien las ve.

Los huesos también se aburren, de ir y volver. 
De las indecisiones, de las piezas que he estado probando, de el constante juego de azar.
Y aunque toditas caben, ninguna pieza es la ideal.

Ellas no dependen.
Hacen lo que les venga en gana hacer. 
Muy cómo tú. Muy como él. 
Y aunque no escuchan, no sé cómo ven que estoy a nada de correr. 
De unir las líneas con las rayas. 
Con lo afilado, y lo traspié.

Y mis dedos, los modelos principales
Los del humo y lo que sabes. 
Con ellos se hace difícil todo lo demás. 
Ellos no tienen la lista oficial de cada secreto que saben de ti. 
Porque ellos simplemente saben. 
Dónde, cómo y porqué.

Que caótico se ha vuelto un simple pensar. 
Cómo si tan solo todos pensaran que mis manos van a hablar. 
Ojalá lo hicieran. 
Porque tengo tanto que preguntar...

Ahora mismo, antes de que la madrugada se termine de llevar mis ganas de ser valiente 
Solo quiero que mis manos, recuerden por una ves mas la sensación de vivir de aquel sedante, en forma de cortina traslúcida, que tanto encontraron en la parte posterior de tus besos arrogantes.

¿Será que se me acumuló la vida? 
Porque mis manos cargan lo pesado. 
Y mis dedos lo mojado. Y mis yemas tu recuerdo. Y mis uñas tus gemidos.

¿Será que mis dedos no encuentran olvidarte porque no lo están buscando? ¿Y si tengo que buscarte aunque no quiera tu olvido? ¿Y si la única forma de encontrare es buscar otro camino?

¿A donde quedan mis manos extrañosas?

–"Pues en mi"–
Susurras como si esa fuera la única respuesta a esa pregunta. Y mientras tu sedante empieza a hacer su efecto nuevamente, se empiezan a acomodar las protagonistas de la historia, sobre tu cortina traslúcida.  






By: Mariluna Medina 
@marilunamedina

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