lunes, 15 de septiembre de 2014

Alba sabor a café

Tú, vigilia persistente que te hiciste amigo de la madrugada 
Convertido en insomnio, en una taza de café te tomada
Aquel, el mismo café que tiene el placer de acompañarme cuando tú, insomnio, te disfrazas de monotonía 
Y se hacía más difícil el pensarte cada día, pensarte sin ningún otro motivo que carecer de valentía

Ya un reloj dio el último minuto que tenía y en el largo camino a soñar me perdí más de una vez, porque llegué a la conclusión que se tardó más el olvido que el mismo amanecer

¿La costumbre se hace rutina o la rutina se hace costumbre?
Cual sería la diferencia si de igual manera te pienso antes de ver el sol

Tú, que me quieres cuando quieres y yo, que te quiero sin querer
Que esperanza más vaga quiere creer pero no cree querer

Las agujas señalaban la una y cincuenta y dos 
Y me di cuenta de que te convertiste en un hábito, y que sin querer estaba cambiándole su nombre al desvelo

¡Y se escapó un bostezo con sabor al olvido!
Olvido sabor a café diría yo...

¿Será que este insomnio seguirá siendo insomnio sin me duermo pensando en ti? 
Dudé.
Apenas eran las dos y cincuenta y tres, y en aquella alba tardía sentía como el insomnio se iba en aquella taza de café.