Y eso digo cada vez que sufro una leve recaída en el proceso de olvidarte.
A veces te vas y pienso que te he olvidado. Luego reapareces, llenas de luz mi alma y de ilusión mi palpitar. Ahí me doy cuenta de que no es cierto, de que no te olvidé, aún. Y que tal vez ahora jamas lo haga. Pero luego te vas para después volver e irte de nuevo. Y se repite la historia.
Alguien me puede explicar ¿Por qué nos enamoramos de alguien quien muy en el fondo sabemos nos hará daño? y peor aún, después de habernos hecho el dueño ¿Por qué seguimos amando?, claro, ¡como si tuviera el corazón en una pieza!. Lo peor es que en ciertas ocasiones el dolor dura tanto como el olvido.
La verdad es que he llegado a odiarte. Te odio porque te amo. Pero no te odio tanto como a mi misma por amarte, por seguir amándote.
Y pasa que un día, un hoy cualquiera, simplemente te cansas; Te cansas de que las excusas sea lo único que escuches, incluso en aleatorio.
Te cansas de que las promesas sigan acumulándose.
Te cansas de vivir de un "Hola" cada 24 horas, sin efectos secundarios.
Finalmente reaccionas cuando vez al pasado y te das cuenta de que convertiste el "Te olvidaré" en una plegaria rutinaria.
Y en cambio de olvidar, lo que estas es recordando.
En este punto, tan solo te ves obligado a olvidar. Ya no se debe querer. Porque con querer no se logra nada.
Es un trabajo difícil, pero no es imposible.
Y sé que así como me atreví a amarte, también me atreveré a olvidarte.
Tal vez me tome un tiempo, quizás dos o tes, pero a fin de cuentas pasará, algún día.
Quien sabe si mañana mismo serás un nombre más en mi cabeza.
Quien sabrá si mañana se te antojará venir, y quien sabrá si para mañana aún me acordaré de ti.
By: Mariluna Medina (@MarilunaML)